¿Pero qué es y qué implica un cambio en la educación?
Un cambio es la acción de transformar una cosa en otra; en relación con la educación se refiere a una evolución, que a su paso fortalece a la sociedad impactando en ella directamente de modo positivo.
Para lograr este cambio en la educación se plantea reconocer y experimentar el contexto social. Es decir saber con exactitud en qué panorama nos encontramos. También, es importante involucrarnos como agentes de cambio.
Las propuestas para lograrlo son:
- Integrar antes que imponer: se trata de unir ideas y respetarlas, no en competencia sino en colaboración.
- Uso de herramientas digitales: y sobre todo usarlas de modo creativo sin juzgar para así aprovecharlas al máximo. Encontrar usos diferentes para ellas al momento de solucionar problemas.
- Sustituir creencias: romper con lo preestablecido e iniciar el cambio desde el interior con el reforzamiento de valores. Desde este punto crear conocimientos y aplicarlos. La empatía es uno de los valores fundamentales para transitar desde en interior hacia lo externo e impactar positivamente a la sociedad.
- Cambio de estructura de poder y mentalidades: se refiere a integrar ideas antes que imponerlas.
- Reconocernos: saber quienes somos para identificar lo que haremos; que es el camino para encontrar un propósito que seguida de la inspiración y adaptación nos conducen directo a la innovación educativa.
- Tolerancia a la incertidumbre: aceptar que los cambios son inevitables y constantes pero a su vez son la energía que nos impulsa hacia la evolución.
- Aceptar el protagónico: como docentes, estudiantes y comunidad. Cada quien, desde su rol, construye a partir de las decisiones del presente un futuro que se espera mejor.
- Tomar responsabilidad: como ciudadanos que efectivamente tienen problemas pero también llevan dentro de sí las soluciones. Se trata de cocrear.
- Prototipar: todos poseen la capacidad creativa lo importante es respetar las iniciativas y ponerlas a prueba y si surgen errores corregirlos y así continuar con el propósito.
Esta nueva normalidad exige cambios y desde la educación superior podemos habilitarlos con nuevas y mejoradas identidades, mejores estudiantes, mejores docentes, mejores empresas, más sostenibles y responsables, mejores consumidores, mejores ciudadanos y la cadena sigue.
Hoy es importante replantear la pregunta ¿qué quiero estudiar? y preguntarnos ¿qué problemática social quiero resolver?
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