¿Alguna vez has perdido a un ser querido? A mí me tocó enfrentar la pérdida de mi madre hace seis meses. Lo confieso, el impacto que dejó su partida fue difícil de afrontar; ver por última vez su rostro, saber que su voz no volvería a pronunciar mi nombre, me hizo experimentar una tristeza difícil de describir. Me sentía incomprendida y dudaba sobre continuar mis proyectos o dejarlos y sumergirme en mi dolor.
Como profesional tenía claro que lo que sentía era un proceso de duelo, el cual era definido como “la reacción emocional y del comportamiento que se manifiesta en forma de sufrimiento y aflicción cuando un vínculo afectivo se rompe” (Meza et al.2008, p.1) y que estaba compuesto por cinco etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación, según la psiquiatra y escritora Elisabeth Kübler-Ross.
Sin embargo, necesitaba encontrar una forma de sobrellevar ese dolor. Sentía que, cual nadador inexperto, me había hundido hasta el fondo por primera vez, por lo que solo había una opción posible: nadar para salir a flote, dando lo mejor de mí.
Fue así como mi mayor pasión apareció para, literalmente, salvarme la vida. En ese momento escribir sobre mi dolor, convertir en poemas mis emociones, me hizo exteriorizar lo que inconscientemente guardaba, permitiéndome enfocarme en el aquí y ahora, haciendo que pueda continuar con mi vida y ayudándome a manejar de la mejor manera mi proceso de duelo. El resultado de este proceso fue un libro titulado “64 Agostos para ti” donde pude plasmar mis emociones y lograr la paz, tranquilidad y estabilidad que necesitaba.
¿Realmente el escribir era capaz de calmar esa tormenta? Busqué información al respecto y descubrí que el psicólogo social James W. Pennebaker había publicado varios libros al respecto y que había realizado un estudio en la Universidad de Dallas, donde hizo que personas relatarán sobre sus propias emociones a través de la escritura obteniendo resultados sorprendentes como: estructurar y ordenar el pensamiento, disminuir el estrés, generar una conciencia de la realidad, estimular la creatividad, pero sobre todo exteriorizar emociones, comprobando que el escribir puede ser una terapia efectiva durante el proceso de duelo.
Mi proceso de duelo continúa, el dolor sigue estando presente; sin embargo, hoy soy capaz de hacerle frente y ayudar a personas que, al igual que yo, han perdido a un ser querido. ¿Qué te impide escribir para empezar a sanar?
(1) Meza DEG, García S, Torres GA, Castillo L, Sauri SS, Martínez SB. El proceso del duelo. Un mecanismo humano para el manejo de las pérdidas emocionales. Rev Esp Med Quir 2008;13(1):28-31.
María Laura Herrera Falcón
Doctora en Educación, UANCV. Maestra en derecho civil y empresarial, UANCV. Especialista en investigación didáctica en educación superior, UANCV. Especialista en proyectos de investigación y asesoría de trabajos de investigación científica, UC. Psicóloga, UNSA. Abogada, UJCM. Catedrática en la Universidad Continental.
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