Las emociones son reacciones psicofisiológicas que experimentamos a diario. Además, son inevitables. Las emociones nos preparan para adaptarnos a los cambios. Por ello, surgen ante situaciones que implican peligro, amenaza, daño, pérdida, éxito, novedad, y nos preparan para poder dar una respuesta. Así, cumplen con su función social y motivacional, permitiendo la comunicación de los estados afectivos y también nos harán más o menos eficaces. Por tanto, efectivamente las emociones se reflejan directamente en nuestra salud.
¿De qué manera las emociones se reflejan en nuestra salud?
El cuerpo responde a la manera de pensar, sentir y actuar. Este es un tipo de «conexión mente/cuerpo».
- Al experimentar ira, tristeza, ansiedad o depresión de manera intensa, tendemos a tener cambios de conducta y abandonamos hábitos saludables como la alimentación equilibrada, el ejercicio físico o la vida social.
- Cuando estas reacciones emocionales se prolongan deterioran nuestra salud con síntomas físicos: elevación de la frecuencia cardíaca, hipertensión arterial, aumento de la tensión muscular, disfunción central de la neurotransmisión. Así, somos más vulnerables al desarrollo de enfermedades infecciosas o de tipo inmunológico.
- Varios estudios han mostrado que la depresión es un factor de riesgo significativo de enfermedad coronaria, infarto de miocardio y mortalidad cardíaca.
- Es posible que se desarrolle presión arterial alta o una úlcera de estómago después de un evento particularmente estresante, como la muerte de un ser querido.
- Hay personas que ante un exceso de carga emocional tienen problemas físicos (cefáleas o trastornos digestivos) cognitivos (excesiva preocupación, obsesiones) o conductuales (adicciones).
La Organización Mundial de la Salud ha reconocido el papel relevante que puede jugar el estrés, relacionado a los estados de ánimo, en la hipertensión aunque también acepta la dificultad de cuantificar esa influencia en el desarrollo de la enfermedad.
¿Por qué mi médico necesita saber sobre tu estado anímico?
Probablemente no acostumbres hablar con tu médico de tus sentimientos o problemas personales. Pero recuerda, el médico no siempre identifica que estás estresado, ansioso o perturbado simplemente con mirarte. Es importante ser honesto para tener un diagnóstico certero.
Tu médico tendrá que asegurarse de que tus síntomas sean causados por males físicos o por tus emociones que provocan estrés. Así el especialista te sugerirá las maneras de tratar tus síntomas físicos mientras trabajan conjuntamente para mejorar tu salud emocional.
Las personas que gozan de buena salud emocional son conscientes de sus pensamientos, sentimientos y comportamientos. Han aprendido maneras saludables de lidiar con el estrés y los problemas que son una parte normal de la vida. Se sienten bien consigo mismos y tienen relaciones saludables.
Recuerda que lo más importante es abrazar a los que amas, disfrutar de los pequeños placeres, contemplar la naturaleza, cantar, reír y sentir agradecimiento por lo que tenemos sin enfocarnos en lo que carecemos. Pero sobre todo, aceptar que no podemos controlar todo lo que sucede, pero sí somos capaces de elegir cómo tomar lo que la vida nos da, sabiendo que cambia.
Bibliografía
- Fernandez- Abascal E, Jimenez Sanchez MP, Martín Díaz MD. Emoción y motivación. La adaptación humana. Ed. Centro de Estudios Ramón Areces SA. 2003
- Fernández-Abascal Enrique. Emociones positivas, psicología y bienestar. Facultad de Psicología. UNED.
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