Como bien dicen, ciencia y tecnología no solo son el fundamento del progreso y desarrollo de las sociedades, sino que van realmente de la mano. Ahora, nos preguntamos: ¿de la mano de quiénes?
Históricamente, todo indica que son los hombres los favoritos a la hora de llevarse los preciados laureles. A las pruebas nos remitimos: ONU Mujeres afirma que apenas un 3 % de las mujeres de ciencia ha sido distinguida con un premio Nobel, lo cual, al menos, resulta bastante llamativo.
Esta evidencia, ¿Significa que, incluso en el ecuánime e impoluto ámbito académico, la discriminación de género ha encontrado un medio adecuado para multiplicarse?
Veamos algunos casos:
- Trotula de Salerno (circa 1050 – inicio del siglo XII)
El trabajo teórico de esta médica italiana del siglo XII fue atribuido a un hombre. Claro, los monjes de la época, a quienes llegaba la obra, directamente descartaron que pudiese haber sido producida por una mujer.
- Mary Whiton Calkins (1863-1930)
Psicóloga, filósofa y profesora norteamericana creadora del método de asociaciones pareadas, además de otros descubrimientos sobre los estímulos y su relación con los recuerdos. Sus ideas fueron utilizadas por psicólogos de renombre, obviando el crédito correspondiente a su autora.
- Marian Diamond (1926-2017)
Hoy considerada fundadora de las neurociencias, esta científica descubridora de la plasticidad neuronal tuvo que soportar, aunque después lo corrigieron, el desprecio de encontrar su nombre publicado entre paréntesis, por debajo de sus dos colegas varones.
Un prejuicio con nombre de mujer: El efecto Matilda
Se conoce como efecto Matilda al fenómeno de discriminación contra la mujer en el ámbito científico. Debe su nombre a Matilda Joslyn Gage (1826-1898), científica e incansable activista estadounidense, abolicionista y promotora del voto femenino.
El efecto Matilda pone de manifiesto la forma en que las mujeres han sido deliberadamente ignoradas por la ciencia de muchas maneras diferentes: «olvidos» a la hora de referir la autoría intelectual, escasa nominación a los distintos premios de la ciencia e, incluso, dificultad para conseguir un nombramiento como profesoras o académicas.
Las estadísticas arrojan más luz sobre esta injusta situación: según datos del 2017, la tasa mundial promedio de mujeres investigadoras es de un 29.3 %, en tanto que Perú, en lo que atañe a Ingeniería, cuenta con un 19 % de investigadoras mujeres [ONU-MUJERES “Las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas en América Latina y el Caribe” (2020)].
Una justa iniciativa: #NoMoreMatildas
La Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas no ha permanecido indiferente y ha alzado la voz a través del movimiento #NoMoreMatildas. El mismo promueve el reconocimiento de la invaluable labor femenina en ciencia y tecnología, a la vez que realiza un llamado a la reflexión sobre este problema que, todavía hoy y aunque parezca increíble, aqueja a toda la comunidad científica.
Mag. Sergio Bravo Cucci
Docente Universidad Continental con más de 22 años de experiencia en docencia universitaria.
Investigador RENACYT
Licenciado en Tecnología Médica en la Especialidad en Terapia Física y Rehabilitación
Maestría en Rehabilitación en Salud
Doctorado en Salud Pública
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