La psicología del color y la arquitectura van de la mano, tienden a fusionarse para mejorar obras arquitectónicas, espacios públicos, interiores de viviendas, inmuebles, etc. Además. La función principal de estas disciplinas es potencializar la funcionalidad del espacio que ocupa.
Por ello, para hablar sobre la psicología del color es necesario definir cada color y la esencia que los caracteriza. De la misma forma, hablaremos de cómo implementarlos en la arquitectura y cómo lograr valor agregado que trascienda a la misma.
Morado:
El morado es bastante valorado en el mundo del marketing, puesto que representa la sofisticación y la elegancia. Es un color extensamente utilizado en los productos anti-edad por aquel toque de glamour que desprende.
Asimismo, el color morado se puede utilizar más en las luces, porque son brillantes y emocionantes, y pueden causar una impresión duradera debido a su singularidad. También, tienen una asociación de realeza, opulencia, misterio, culto, dignidad, poder y drama.
Azul:
El azul es el color del cielo y del agua, representa la paz, la frescura y la sabiduría. Además, es un color elegante y corporativo, muy utilizado por las organizaciones. También, se utiliza para potenciar espacios al aire libre y tiene una relación con la expansividad, tranquilidad, lealtad y formalidad.
Verde:
El verde es el color de los decoradores de interiores. Ellos concuerdan en señalar que, una habitación pintada con el color verde incita a la relajación y a la paz.
Este color es inusual para la arquitectura. Por otro lado, en los muros y techos sugieren sostenibilidad y connotan una calidez amigable que se relaciona con la naturaleza, seguridad y esperanza.
Amarillo:
El color amarillo tiene asociaciones amistosas y extravagantes, se usa habitualmente en espacios infantiles como guarderías y escuelas primarias. Así también, por su luminosidad es propicio para cualquier espacio gris o sombrío.
Este color frecuenta tener relación con la felicidad, la riqueza, el poder, la copiosidad, la fuerza, la calidez, el optimismo, la compasión y la luz solar.
Naranja:
El naranja se asocia al enardecimiento y la acción. En el planeta del marketing político, se frecuenta mencionar que el naranja es el color más optimista de todos, al menos en las comunidades occidentales. El color se asocia con la alegría, excitación, estimulación, agresión y puesta de sol.
Rojo:
Pertenece a los colores con más acogida entre los profesionales; y, por cierto, vestir de este color nos lleva a comportarnos de un modo sutilmente más asertivo y extrovertido. El rojo se asocia a la estimulación, la pasión, la fuerza, la revolución, la virilidad y el peligro.
Rosado:
El rosa es un color con unos atributos bien acotados. Por ejemplo, es el color de la dulzura, de la delicadeza, de la amistad y del amor puro.
Marrón:
Qué más natural puede ser un color que el color de la tierra, donde todo crece y donde se genera la vida natural del planeta, las maderas más preciadas son de estos colores. Por otra parte, si hablamos de diseño de interiores, es un aliado para dar a un espacio una calidez sin comparación.
Negro:
Los inmuebles negros tienden a parecer fríos y contemplativos, aun cuando además tienen la posibilidad de ser notados como lúgubres en ciertas situaciones. Si bien es cierto que, la arquitectura de madera negra puede parecer rústica y tímida, los detalles metálicos en negro se usan comúnmente para producir espacios elegantes y modernos.
Blanco:
El color blanco se considera como el más puro, considerado también como un color protector, pues ofrece confort a los seres humanos y a su vez se asocia a la paz.
Jherson Antoni Bendezú Quispe
Alumno de la carrera de Arquitectura
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