Sin duda alguna el coronavirus ha significado un quiebre en el estilo de vida moderno. La presencialidad física ha sido reemplazada temporalmente por la virtual, y junto a las demás herramientas tecnológicas constituyen un futuro prometedor. Sin embargo, la pregunta cae de madura: ¿estaremos listos para ello?
Frente a esta incertidumbre, la capacidad de adaptación es la única alternativa posible, pues nos da la oportunidad de salir de nuestra zona de confort, mejorar en diferentes ámbitos y dejar en el pasado los errores que hemos venido cometiendo para lograr nuevos modelos de comportamiento.
Por ello, presta atención a este especial que hoy responderemos por qué adaptarse a situaciones inestables es la única alternativa frente al cambio. Quédate con nosotros, toma nota y vive la fuerza del cambio.
El proceso de adaptación
A lo largo de millones de años el ser humano ha sido capaz de sobreponerse a diferentes acontecimientos sociales, económicos y biológicos gracias al desarrollo de su instinto de adaptación. El proceso de adaptarse está relacionado con cambios durante la vida de una especie y se entiende como el ajuste que hacemos en función de nuestro ambiente.
Así pues, la adaptación es un mecanismo de la evolución que lleva a las diferentes especies, entre ellas a la especie humana, a mejorar sus características de comportamiento en su entorno y que empuja a mejoras en diferentes etapas biológicas. Es una necesidad luchar contra las inclemencias de la naturaleza pues nos permite perdurar en ella.
De esta manera hemos llegado hasta donde estamos: desechando o cambiando lo malo, modificando nuestra forma de vida y adoptando nuevas conductas y estrategias para mejorar nuestro entorno social y biológico. Y aunque parezca increíble, hemos llegado a la modernidad gracias a los avances científicos y tecnológicos que nos han provisto de herramientas necesarias para nuestra supervivencia en diferentes épocas de nuestra existencia.
Por lo tanto, la adaptación es el único camino posible en la medida que nos permite afrontar las adversidades en beneficio propio. Por ello nos hemos visto obligados a buscar alternativas a la presencialidad física, desarrollando nuevas formas de interactuar con el espacio físico y acelerando la digitalización de nuestras actividades cotidianas.
Educación que transforma
La educación en todos los niveles cumple un papel fundamental en el proceso de adaptación a nuevos entornos, además de ayudar al desarrollo del ser humano. Pues le provee las herramientas necesaria para que este pueda desenvolverse en situaciones nuevas. Está comprobado que el conocimiento y los procesos relacionados a su adquisición potencian las capacidades del individuo.
Dicho de otra manera, quien reciba una mejor educación y preparación tendrá más y mejores oportunidades de lograr superar las dificultades de los nuevos escenarios, logrando bienestar social en un contexto de transformaciones que amenacen el normal desarrollo de su vida.
Sin duda el amor, la experiencia, la cooperación y el aprendizaje son idóneos para continuar nuestro camino de vida y desarrollar la capacidad de adaptación. Conservar el conocimiento o preocuparse por adquirirlos nos ayuda a tener conciencia de los reveses del destino y a modificar nuestras actitudes en función de nuestras prioridades.
Solo a través de la educación lograremos un impacto y trascendencia en nuestro entorno más próximo, pues el crecimiento personal y profesional nos guiarán a la reconstrucción.
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