Isabel II: El futuro de la monarquía tras el fin de su reinado

El fallecimiento de Isabel II constituye un acontecimiento de alcance mundial, culminando 70 años de reinado. Los gobernantes a nivel global han hecho llegar sus condolencias y son varios puntos los que concitan atención en distintas latitudes. A continuación, explicaremos algunos detalles sobre la monarquía inglesa y lo que tendrá que afrontar a partir de este sentido suceso.

La monarquía inglesa

La monarquía se entiende como aquel de un rey o reina (también tuvieron nombres como Emperador, Zar, Inca, Faraón entre otros), perteneciente a un linaje o familia que posee derechos sobre todo el territorio. Históricamente, las monarquías han sido la forma de gobierno con mayor presencia en los pueblos, pero en los últimos siglos han afrontado cambios y reducción de sus poderes, llegando en algunos países a ser más un símbolo que órganos de decisión.

La historia de los reyes de Inglaterra se combina entre la realidad y la ficción, alcanzando algunos espacios de leyenda. La monarquía actual tiene su origen con Guillermo el Conquistador, rey entre 1066 y 1087. Sin embargo, fueron varias las familias reales que ocuparon el trono en distintos momentos, como los Normandos, los Plantagenet, los Lancaster, los York, los Tudor, los Estuardo, los Hannover, la Casa de Sajonia y actualmente los Windsor, donde pertenece la dinastía actual. 

También, progresivamente se fueron sumando a Inglaterra otros espacios bajo el dominio de la corona, siendo oficialmente como Estado el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, el cual se encuentra integrado por las naciones de Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte.

No obstante, un acontecimiento trascendental que definió el rumbo de la corona inglesa hasta nuestros días fue la Revolución Gloriosa (1689) en el cual se consagró la Monarquía Parlamentaria, sistema político donde el absolutismo de los reyes se restringió, y como tal debían respetar los derechos del pueblo y las decisiones del parlamento donde tenían a sus representantes. Con reducidos poderes vinculados más a la representación del Estado se decía que “El Rey reina, pero no gobierna”.

Carlos III y el destino de la Monarquía

El reinado de Isabel II (1952 – 2022) ha sido el más extenso de todos los tiempos. Frente a la monarquía su papel fue responsable y dedicado. Propiamente se reconoce que su presencia daba firmeza al pueblo inglés e inspiraba respeto hacia la corona, donde la tradición y el legado son los referentes para un mundo cambiante, así como fomentar la atención en los urgentes problemas sociales, como la guerra, las enfermedades, los daños ecológicos, entre otros.

Ahora que ha fallecido, el propósito de la Familia Real es mantener la presencia de la corona británica, y para ello se siguen las reglas de sucesión previstas. En este sentido, el primogénito de Isabel II, Carlos, el Príncipe de Gales, pasa a ser el nuevo Rey, con el nombre de Carlos III, y su hijo William (Guillermo), pasará a ser el nuevo príncipe de Gales y heredero al trono, como lo fue su padre.

¿El Rey puede renunciar? Efectivamente, tiene ese derecho, como lo tuvo Isabel II y tal como ejerció su tío, Eduardo VIII, quien en 1936 abdicó. Sin embargo, es decisión del monarca mantenerse hasta el final de sus días si así lo dispone, pero existen los herederos quienes progresivamente irán ocupando el trono manteniendo así una monarquía que tiene varios siglos de presencia.

¿Incidirá el fallecimiento de Isabel II en las relaciones exteriores, la economía mundial o el desarrollo político y social? Realmente no hay mucha vinculación con estas actividades, toda vez que como señalamos anteriormente, el poder del Monarca es reducido y en asuntos de gobierno no tenía mayor incidencia, pero naturalmente que la forma en la cual se desenvuelve ante diversos acontecimientos puede impactar en su pueblo y la opinión pública mundial. Como tal, deberían ser un ejemplo de conducta e integridad, un motivo de orgullo para la sociedad y como tal, el comportamiento que asumen resulta muy importante para la nación.