En el camino de avanzar, hay miedo, presión y muchas dudas. Pero en cada paso, en cada lucha cotidiana, los peruanos demostramos nuestra capacidad de resistir, transformar y crecer. Cuando un peruano alcanza una meta, su triunfo se convierte en una victoria colectiva. Porque detrás de cada estudiante, atleta o emprendedor, hay un país entero que avanza con él. Y eso es exactamente lo que significa “Lleva al Perú a lo más alto”.
Apostar por el Perú
El esfuerzo silencioso de miles de peruanos no siempre es visible ni reconocido. Sin embargo, hay quienes sí logran el reconocimiento con el que muchos peruanos se sienten identificados, como Kimberly García, estudiante de la Universidad Continental y doble campeona mundial de marcha atlética, Kimberly lucha día a día contra el agotamiento físico, mental y académico. Pero ella lo tiene claro: “En la UC el esfuerzo de un peruano es el orgullo de todos. No renuncio a dar lo mejor de mí”. Su esfuerzo individual es ahora inspiración nacional, llevando al Perú a competiciones mundiales como Tokio 2025.
Lo mismo sucede con César Rodríguez y Nélida Tantavilca, atletas de marcha y estudiantes de Arquitectura. Ambos representan con disciplina al Perú, combinando el rigor deportivo con la exigencia universitaria. Su dedicación refleja el potencial que tienen los jóvenes cuando reciben las herramientas necesarias para crecer, porque llevar al Perú a lo más alto implica ofrecerles oportunidades reales de desarrollo.
En la Universidad Continental, estas oportunidades se hacen concretas con programas como el Grow Center, que fortalece el liderazgo transformador. Aquí, estudiantes desarrollan proyectos de innovación con propósito real, buscando impactar positivamente en sus comunidades. De igual manera, en Wichay, la incubadora con enfoque sostenible, los emprendimientos pasan de ideas a negocios que crean bienestar económico y ambiental, generando empleo y desarrollo local.
Historias que transforman realidades
El potencial del país también se ve en el arte. Un ejemplo es el cortometraje “Santo Bailón”, creado por estudiantes de Ciencias de la Comunicación, reconocido como Mejor Comedia en el UNIFEST 2025. Esta producción no solo muestra talento joven, sino que proyecta al Perú hacia escenarios internacionales, demostrando que llevar al país más alto también significa contar historias propias que rompen fronteras culturales.
Del mismo modo, la Clínica Jurídica de la Universidad Continental ha brindado asesoría legal gratuita a más de mil personas vulnerables en Huancayo, Satipo, Concepción y Chupaca. Al promover la justicia desde las aulas, se contribuye directamente a un país más justo, donde el acceso a derechos deja de ser privilegio para convertirse en una realidad posible.
Las becas Contigo + Mujeres, Aliados por la Educación y Talento Rural, además, aseguran que la educación universitaria sea una oportunidad real y no un sueño lejano. El esfuerzo educativo descentralizado permite que jóvenes talentosos de diferentes regiones accedan a una educación de calidad asegurando que las capacidades individuales se conviertan en logros colectivos.
Llevar al Perú a lo más alto desde las aulas
Porque llevar al Perú a lo más alto también implica cuidar la salud mental y emocional de quienes luchan cada día, el Programa Calma de la Universidad Continental, que desde el 2020 ha brindado ayuda psicológica a más de 15 mil personas.
Además, desde el Fab Lab Continental, iniciativas como Ruwaytech se convierten en soluciones tecnológicas concretas que impactan positivamente a comunidades y sectores productivos del país. Estas iniciativas muestran que la innovación hecha en el país puede competir globalmente, transformando realidades locales desde la creatividad y el conocimiento aplicado.
En esta línea, estudiantes que estudian y trabajan simultáneamente, llevando adelante proyectos que nacieron en clase y hoy son empresas reales, reflejan cómo la Universidad Continental ofrece un soporte tangible para transformar ideas en emprendimientos exitosos.
Este 28 de julio, en las Fiestas Patrias, celebramos y reconocemos el valor de quienes siguen luchando, como nuestros estudiantes que trabajan y estudian al mismo tiempo, convirtiendo desafíos en oportunidades. Jóvenes que, desde ciudades como Huancayo, Arequipa, Cusco, Ica y Lima, deciden apostar por sí mismos, demostrando que llevar al Perú a lo más alto no depende de circunstancias perfectas, sino del compromiso personal y decirse a sí mismos, “No renuncio a dar lo mejor de mí”.
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