Arequipa, también conocida como la “Ciudad Blanca” es la sede del Tribunal Constitucional y la «Capital Jurídica del Perú, entre muchas de sus características, se destaca el calor de su gente y su espíritu rebelde. Lo cual, guarda una gran relación con su historia y diversos acontecimientos que han ocurrido a lo largo de los años. ¿Quieres saber más? Mantente atento a este artículo porque te contaremos cuál es la relación entre la historia de Arequipa y el espíritu rebelde de sus habitantes.
El Periodo incaico
Alrededor de 1170 el inca Mayta Cápac, se detuvo con su ejército en un valle despoblado y decidió establecerse ahí y repartirlo con las tres mil familias que lo acompañaban, las mismas que fundaron los caseríos o pueblos de Yanahuara, Cayma, Tiabaya, Paucarpata, Socabaya, Characato, Chiguata y otros. El inca decidió llamar a este territorio «Ari-quepay”, lo cual significa (quedémonos aquí), haciendo alusión a su inesperada decisión de establecerse en esa zona.
Muchas comunidades incaicas se establecieron en el territorio que hoy en día es conocido como Ciudad de Arequipa. Entre ellas podemos mencionar a los Yarabayas, quienes se asentaron en el «Tradicional Barrio de San Lázaro» y la comunidad Chimbas, quienes decidieron establecerse en el margen izquierdo del río.
Fundación de la ciudad
Arequipa fue fundada el 15 de agosto de 1540, al principio era considerada una villa y fue denominada «Villa Hermosa de Nuestra Señora de la Asunción» en nombre del marqués don Francisco Pizarro. Sin embargo, un año después de su fundación, en 1541; debido a una refundación y europeización del gentilicio «Ari-quepay», el monarca Carlos V en Cédula Real ordena que se la llame «Ciudad de Arequipa».
Una vez llevada a cabo la fundación de Arequipa como una ciudad, y luego de que se levantaran las primeras viviendas. El fundador , Juan de la Torre y Díaz Chacón, se nombró como primer alcalde. Posteriormente, el Virrey D. Francisco Álvarez de Toledo, le concedió, el título de «Muy noble y muy leal», en virtud de los méritos de la ciudad y sus servicios a la causa real.
Espíritu rebelde de sus habitantes
Los ciudadanos arequipeños son reconocidos por su espíritu disruptivo y rebelde. Tanto así que entre ellos repiten una frase popular «No en vano se nace al pie de un volcán», haciendo alusión al imponente Misti, el volcán más icónico de los andes peruanos que se encuentra en Arequipa. Esta popular frase demuestra el espíritu rebelde de sus habitantes, el cual, así como la lava del volcán Misti, emerge desde adentro y se materializa cuando más se necesita.
Además de su relación con el volcán, el espíritu rebelde de los arequipeños guarda relación con la historia de Arequipa, también llamada “El León del Sur”, en alusión a los muchos levantamientos y rebeliones populares, cívicas y democráticas durante el periodo Republicano del Perú. Esto refleja que el espíritu de rebeldía ha estado presente en los ciudadanos arequipeños desde hace muchos años.
Asimismo, la historia ha puesto a la bella ciudad de Arequipa en situaciones difíciles repetidas veces, algunas de ellas se han debido a terribles terremotos que azotaron la ciudad en 1958, 1960 y 2001. Estas situaciones han sacado a relucir el espíritu confrontador y rebelde de los arequipeños, quienes supieron resurgir de los escombros y sacar a la ciudad adelante por medio del trabajo y la unión.
No cabe duda que el espíritu rebelde y confrontador de sus habitantes sale a relucir en aquellas situaciones en las que la ciudad de Arequipa ha necesitado más de su gente.
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