La Unesco señala acertadamente en su declaración universal de los Derechos Humanos, que la diversidad cultural es una fuente de intercambios, innovación y creatividad, tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos. Su papel es tan importante que no solo enriquece el contexto social, también beneficia las dinámicas de trabajo y potencia la productividad en las organizaciones.
Entre las ventajas de promover la diversidad están:
- Fomentar la innovación. Según el portal de gestión de talento Info Capital Humano, el contar con personal de diferentes orígenes permite un intercambio de ideas más amplio y, con ello, llegar a soluciones complejas e innovadoras: algo que es muy demandado en el contexto actual.
- Promover nuevos talentos. Permite que las empresas e instituciones puedan contar con más perfiles y potenciar su talento. Asimismo, gestionando correctamente esta diversidad, es posible poner en valor las diferentes competencias culturales y aprender de ellas.
- Mejorar la productividad. Apostar por la diversidad cultural crea una atmósfera de satisfacción en el equipo, lo que impacta positivamente en la productividad.
- Prevenir la marginación y exclusión. Conduce a un intercambio de experiencias que mejora la relación entre las y los trabajadores, y genera un espacio de respeto e igualdad.
- Mejorar la imagen de la organización. Promover todo tipo de diversidad crea un cambio positivo en la imagen de la empresa en la sociedad y en sus distintos grupos de influencia como clientes, colaboradores y colaboradoras, proveedores y comunidad.
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