
El silencio en un momento crítico puede ser un acto de prudencia o una muestra de negligencia. La línea que separa ambas decisiones es tan fina que se mide en minutos y en el impacto que la información, o su ausencia, tendrá en la población. En un país que ha atravesado desde conflictos armados hasta desastres naturales y crisis sanitarias, el comunicador social es el puente entre la verdad y la acción ciudadana. Su capacidad para detectar el instante exacto en que debe romper el silencio define la eficacia de la comunicación social en contextos extremos.
El papel estratégico del comunicador social en la comunicación social de crisis
El trabajo de un comunicador social en estos escenarios exige cumplir funciones precisas: recopilar datos de fuentes verificadas, priorizar lo relevante y transmitirlo con claridad. No se trata de informar por informar; alertar implica señalar riesgos y orientar ofrece un camino de acción. La diferencia entre las tres es clave para evitar que la población actúe impulsivamente o caiga presa del pánico.
En la comunicación social, la responsabilidad ética implica resistir la presión de la inmediatez cuando no hay confirmación. Amplificar rumores puede provocar caos o poner en riesgo vidas. Por ello, los protocolos internos, la coordinación con autoridades y la elección de canales seguros son elementos inseparables de un trabajo riguroso.
Fases de la comunicación social en situaciones límite
Escucha y diagnóstico
Antes de hablar, el comunicador social observa, contrasta datos y mide el alcance de la amenaza. En esta fase se evita la especulación y se concentran esfuerzos en identificar las fuentes más fiables.
Activación de protocolos
Romper el silencio inicial ocurre cuando la información es precisa y necesaria para prevenir daños. Aquí la comunicación social se convierte en alerta y se selecciona el lenguaje más adecuado según la audiencia.
Comunicación continua
Mantener un flujo constante de mensajes evita vacíos informativos que puedan ser llenados por desinformación. El reto es sostener claridad y coherencia a medida que la situación evoluciona.
Cierre y aprendizaje
Una vez superada la crisis, se documenta la experiencia para afinar procedimientos. La memoria de estos casos fortalece la respuesta futura y se convierte en patrimonio profesional del sector.
Casos prácticos y lecciones aprendidas en la crisis en Perú
La historia reciente y no tan reciente de la crisis en Perú ofrece ejemplos valiosos:
Año | Evento | Rol del Comunicador Social | Lección aprendida |
1980 | Inicio del Conflicto Interno Peruano | Cubrir hechos violentos respetando derechos humanos | Priorizar contexto y dignidad de las víctimas. |
1992 | Captura de Abimael Guzmán | Transmitir seguridad sin exacerbar violencia | Equilibrar firmeza y prudencia en mensajes de seguridad. |
1997 | Rescate de rehenes en la Embajada de Japón | Transmitir información oficial con prudencia | Evitar poner en riesgo vidas y preservar integridad. |
2000 | Vladivideos y caída del régimen Fujimori | Difusión veraz y contextualizada de evidencias | Transparencia y verificación fortalecen la credibilidad. |
2007 | Terremoto de Pisco | Coordinar mensajes de ayuda y prevención | Reducir caos y acelerar asistencia. |
2017 | Fenómeno El Niño Costero | Generar narrativas de unidad y movilizar donaciones | Movilizar solidaridad con mensajes conectivos. |
2020 | Pandemia de COVID-19 | Difundir medidas preventivas claras y accesibles | Lenguaje sencillo y empatía que salvan vidas. |
2021 | Crisis política y protestas | Cobertura equilibrada y contrarrestar desinformación | Los medios deben construir confianza y solo mostrar información verificada. |
Lecciones transversales para el día del comunicador social
Analizar estas experiencias es una guía para la práctica cotidiana. En cada caso, la comunicación social determinó la magnitud de la respuesta ciudadana y la efectividad de las medidas tomadas. El día del comunicador social debería servir para reforzar la formación en verificación, ética y narrativas que generen confianza en medio de la crisis en Perú o cualquier otro contexto.
Desde el conflicto interno hasta la pandemia, la constante ha sido la necesidad de un trabajo articulado entre comunicadores, autoridades y comunidades. No hay espacio para la improvisación, pues la preparación previa y el compromiso con la verdad son las únicas garantías para que el salto del silencio a la alerta sea oportuno y certero.
Cada Día del Comunicador Social es una oportunidad para reconocer a quienes transforman la información en acción, sosteniendo la confianza ciudadana en los momentos más complejos. Si te apasiona este desafío y quieres formarte para liderar en contextos de alta exigencia, te invitamos a conocer la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Continental.
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